La reflexología de pies y manos es una terapia alternativa que consiste en aplicar presión en determinados puntos de las manos y los pies para obtener un resultado en un área distinta del organismo con la que está conectado cada punto.
La reflexología se basa en la teoría de que existen en las extremidades zonas microrreflejas de diferentes órganos,glándulas y estructuras del cuerpo. Estimulando mediante masaje, presión y estiramiento determinados zonas de reflejo en pies y manos se puede desbloquear la energía estancada en las zonas distales correspondientes.
La reflexología de pies y manos retoma ideas de la acupuntura en cuanto a puntos de presión, flujo energético y su bloqueo… Los reflexólogos aseguran que las zonas reflejas son entre un 5 y un 20 por ciento más sensibles que el órgano o estructura a la que representan.
La mano y el pie derecho reflejan órganos del lado derecho del cuerpo. La mano y el pie izquierdos reflejan órganos del lado izquierdo del cuerpo.
Orígenes de la reflexología de pies y manos
Las medicinas tradicionales de diferentes culturas ya usaban la reflexología de pies y manos como método curativo. Se dice que es una de las terapias alternativas más antiguas, que data de hace cinco mil años. Aunque atribuimos su creación a la medicina tradicional china, lo cierto es que en otras culturas, como la japonesa, la egipcia y la de los indios aborígenes en América del Norte practicaban ya esta terapia.
Los ideólogos de la reflexología actual
Los creadores de la reflexología de pies y manos, tal y como la conocemos hoy, son dos occidentales, el doctor William Fitgerald y la doctora Eunice Ingham, ambos estadounidenses, que realizaron estudios simultáneos a principios del siglo XX. Un tercer profesional de la salud, el doctor Joseph Shelby Riley, también se interesó por el tema, y precisamente quien trazó el famoso mapa con los órganos que se reflejan en los pies.
Qué trastornos mejoran con reflexología de pies y manos
La reflexología de pies y manos intenta estimular diferentes partes del organismo para inducir un equilibrio y lograr que mejore por sí mismo su funcionamiento. Por tanto, no se puede decir que esta técnica sea en sí misma un medio de diagnóstico o un tratamiento curativo, sino más bien una terapia complementaria que ayuda al cuerpo a reencontrar de nuevo el equilibrio.
Hay trastornos que encuentran alivio o mejora con la reflexología de pies y manos, que produce estos efectos benéficos sobre el organismo:
- Reduce los efectos dañinos del estrés y la tensión emocional sostenida.
- Mejora la función inmune.
- Purifica el cuerpo realizando una acción «detox».
- Favorece la circulación.
- Alivia el dolor. Parece que la presión que se ejerce con los dedos es capaz de liberar las endorfinas, las sustancias que produce nuestro cuerpo para atenuar el dolor y dar una sensación de bienestar.
- Mejora los problemas de ansiedad, migraña, diabetes, inflamación, malfuncionamiento de hígado, asma, artritis, trastornos digestivos, dolor de espalda, estreñimientos, insomnio, síndrome premenstrual, dolor postoperatorio, etc.
En qué consiste una sesión de reflexología de pies y manos
Una sesión de reflexología de pies y manos puede durar de 15 minutos a 90 minutos, dependiendo del terapeuta y del centro donde se aplique. Primero se comienza con una observación de la forma de los pies o las manos, en su caso, su coloración, deformidades y durezas. De todo ello, el reflexólogo puede obtener bastante información. Debe prestar, por ejemplo, mucha atención a las zonas que duelen al recibir presión, porque indican los órganos que pueden sufrir bloqueos o desequilibrios.
El terapeuta aplica presión a las manos y los pies para estimular el sistema nervioso central, favoreciendo la circulación sanguínea y la relajación, comenzando por la extremidad izquierda y terminando por la derecha, de arriba a abajo (es decir desde los dedos hasta la base). Para estimular los puntos correctos en pies y manos, se emplean diferentes técnicas de presión con la mano, el pulgar y el resto de los dedos durante cada sesión: presión directa con el pulgar, presión circular sedante y presión circular estimulante. La presión dura, de media, de 7 a 12 segundos.
El paciente recibe la reflexología podal cómodamente sentado en una silla reclinable que da fácil acceso a sus pies al terapeuta. El cliente debería estar muy relajado al finalizar la sesión, por lo que debe tomar un papel activo en comunicar si la presión que recibe es insuficiente o, por el contrario, demasiado intensa.
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Espero que hayas encontrado interesante este post… Puedes ampliar tus conocimientos en este otro artículo de nuestro blog «¿En qué consiste la reflexoterapia?«